Inteligencia Artificial y Ética Médica: Oportunidades y desafíos.

Ana María Granada Copete MD.
Medica Internista – Msc.Bioética Esp. en Docencia Universitaria

A través de la historia de la medicina, es relativamente fácil reconocer los beneficios en el campo de la salud que los avances tecnológicos han generado. Esto, se traduce en oportunidades diagnósticas, y terapéuticas; modificando el riesgo a enfermar, cambiando el curso de las enfermedades y sus desenlaces, dando mejores resultados en salud y la experiencia de los pacientes.

La optimización de las intervenciones tecnocientíficas definitivamente cambia la atención en salud. Numerosos ejemplos sobre las oportunidades de intervención, estas ampliadas y mejoradas en la  segunda mitad del siglo XX, como ha sido la asistencia en la insuficiencia respiratoria modificada a través de ventiladores, la intervención de la insuficiencia renal con las diálisis y los trasplantes renales, la ingeniería genética, la intervención al final de la vida y con esto el cambio en la definición de muerte, generan cuestionamientos y conflictos éticos de los cuales  surgen preguntas como: ¿A quiénes se les debe ofrecer la  intervención? ¿La intervención es asequible a todos o solo al que se considere que puede hacer el mejor uso?  ¿Quién decide el valor y la calidad de una vida? ¿Cuál es el criterio para la distribución de recursos? ¿Cómo definir una justicia distributiva en salud? Y se puede seguir enumerando múltiples preguntas que requieren una oportunidad de decisión. Esto se hace complejo en contextos bioéticos donde, si bien es cierto contamos con principios éticos de prima facie propuestos por Ross y tomados por la Comisión Nacional de Bioética, expuestos por Beauchamp y Childress: Autonomía, No-maleficencia, Beneficencia y Justicia; si estos principios no entraban en conflicto, su implementación es una obligación moral, si se presentaba conflicto entre ellos habría que dar prioridad a uno sobre los otros. Posteriormente se agudizan las situaciones conflictivas debido al reconocimiento de los valores, reconocer características individuales, familiares, sociales, culturales, religiosas, económicas que entran en acción y complejizan la toma de decisiones.  En la progresión biotecnológica surgen los problemas éticos y se encuentran los principios de la bio – tecno – ética propuestos por Maliandi, en su tesis de la ética convergente.

Sumando los desarrollos tecnocientíficos originados en un continuo estado de investigación, innovación y desarrollo, se llega al progreso de la Inteligencia Artificial (IA); El progreso, descrito en una línea de tiempo por Hernández-Arango et al., quienes terminan su artículo, asegurando las oportunidades que puede dar la IA en el campo de la medicina y a través de ella la “optimización de procesos, tiempos y movimientos nos permitirá girar en torno a las personas. Irónicamente, aquello que nos trae el temor de la irrelevancia nos transportará a ser mejores humanos y posiblemente mejores médicos”.

La IA si bien está llamada a brindar oportunidades en su concepción misma y en las relaciones que se establecen con las personas y el entorno, no es ajena a generar cuestionamientos problemáticos relacionados con el manejo de datos dado su oportunidad de acopio, interpretación y uso mediante algoritmos, lo cual establece múltiples posibilidades en cuanto a interacciones con el hombre y por ende con su entorno. No se trata de interacciones pasivas, sino de aquellas que modifican los modos de nuestras interacciones. Reemplazan eficientemente actividades convencionalmente realizadas por el hombre y generan su desplazamiento. Se sugiere la necesidad de “educar” la IA para que sirva de apoyo a la humanidad, que no favorezca las vulnerabilidades humanas derivadas de esta nueva interacción; relacionadas, por ejemplo, con las minorías, con las exclusiones de género, de condición social, económica, cultural, de credos o geográfica.  Es de alta exigencia el mantener una responsabilidad del tratamiento de los datos y para tales efectos se propone contar con la persona responsable del manejo de los datos y reconocer el significado de estos en salud, los biodatos son de orden privado y vinculan la intimidad de las personas. Por tal motivo se requiere de la protección de la privacidad, la intimidad, el respeto a la dignidad de las personas, su integridad e identidad, sin ningún tipo de discriminación.  (UNESCO).

Nuevamente nos enfrentamos a preguntas que en algún momento están generando cuestionamiento de orden ético o legal, pudiendo ser algunas de ellas: ¿Cómo los desarrollos tecnocientíficos generan oportunidades y riesgos? ¿Cuál ha de ser el rol de la IA, sus interacciones con el hombre, su desarrollo cognitivo y hasta un posible estatus moral? los cuales problematizan la responsabilidad que tienen los diferentes actores: ingenieros, diseñadores, patrocinadores, propietarios, socios y usuarios. Igualmente plantea el problema del uso en un escenario donde el poder político, los intereses industriales y económicos asume insuficientemente las implicaciones de esta clase de tecnologías. (UNESCO).

Se requiere considerar de manera justa, equilibrada y equitativa los grupos de trabajo humano tanto para fortalecer el proceso de desarrollo de estas nuevas tecnologías, como en el caso que nos ocupa la IA. La propuesta de Rico, pone en consideración una estructura dependiente de la dirección médica en la cual incluye varios departamentos de muchísimo interés y pertinencia cómo son de tecnología de métricas, centro de Investigación, ética médica y salud poblacional, en el contexto de atención sanitaria, aquí tendríamos que preguntarnos si realmente tenemos que hablar de una ética médica o de una ética profesional y/o sanitaria, que incluya todas las profesiones que tengan interés en salud. Si bien es cierto que cada profesional en primera instancia está comprometido con profesar su profesión en el área que ha profundizado con alcances de ayuda a la humanidad, se tendría que considerar una ética sanitaria  que responda a las consideraciones que se pueden tener en la interacción con la inteligencia artificial.

Los médicos a través del Juramento Hipocrático y la Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial prometen el servicio a la humanidad, respetar su dignidad y los derechos humanos.  El compromiso de atender la salud en diferentes momentos del desarrollo del individuo con alcances de intervenciones en salud poblacional. Esto ante el requerimiento de cumplir con este juramento, es necesario hacer la pregunta si la potencialidad del uso de la IA en salud se requiere que profesionales de otras disciplinas adquieran compromisos de esta alta exigencia para cumplir con los objetivos del respecto a la dignidad humana.

La Organización Mundial de la Salud en su documento de Ética y Gobernanza de la Inteligencia Artificial en el ámbito de la salud, expone las diferentes oportunidades que da el uso de la IA en salud, pero a la vez expone los riesgos en cuanto a posible discriminación, por no acceso al recurso a poblaciones de bajos recursos y no educación en el lenguaje digital. Promueve los principios de autonomía, reconocimiento del respeto a la persona, su dignidad, privacidad y no discriminación, no abandona el valor de la información que requieren las personas a través del consentimiento informado, exige trasparencia y seguridad de la información. Para esto se requiere del reconocimiento de la importancia del dato, como se construye, quien aporta, quien registra, quien almacena y quien custodia el dato, a través de qué mecanismos se decide su uso, se reconoce la importancia de los mismos y el uso de la IA sea incluyente generando equidad y sostenibilidad de los proyectos. La Declaración de Taipéi se suma a las recomendaciones sobre el manejo de los datos en salud y los biobancos son recopilaciones de información de personas y poblaciones, ambos producen la misma preocupación sobre la dignidad, autonomía, privacidad, confidencialidad y discriminación. La investigación a partir de datos de salud y biobancos está dirigida a mejorar la comprensión de la salud, las enfermedades y la eficacia, eficiencia, seguridad y calidad de las intervenciones preventivas, de diagnóstico y terapéutica. La investigación en salud representa un bien común al servicio del paciente, como también de la población y la sociedad.

No cabe duda que el análisis de las oportunidades y riesgos que genera el uso de la IA en salud debe generar movimientos de los profesionales de la salud a empoderarse del desarrollo tecnocientífico en la era digital. Conocer su lenguaje y las diferentes interacciones que se pueden presentar en el ejercicio profesional y especialmente en el acto médico, en esta relación médico – paciente, reconocida en un espacio de intimidad entre el médico y su paciente, y la confianza del paciente y la voluntad del médico, entra en una etapa de transición; un cambio de ese esquema al apoyarnos y usar todos los elementos que pueden intervenir en esta relación a través de la IA. Por ejemplo, el uso de las historias clínicas a través de plataformas digitales (registros de salud electrónicos (EHR) sus siglas en inglés), nos hace preguntarnos qué tan seguros son, que tanto favorecen la comunicación con el paciente, ¿es posible asegurar un registro y el resultado? Si bien los registros médicos han sido responsabilidad del médico, las instituciones de salud custodiaban las historias clínicas en físico, pero hoy están en las plataformas digitales para lo cual debemos conocer la seguridad y trazabilidad de esta información en el tiempo.

 El ejercicio médico se encuentra orientado y exigido en el Código de Ética Médica, ley 23 de 1981, (en Colombia). En su capítulo I establece el carácter de la relación médico – paciente y en el capítulo V las relaciones del médico con la sociedad y el estado. En el artículo 54 remite a los médicos a disposiciones que realice la Asociación Médica Mundial con relación a la investigación biomédica en general, la investigación terapéutica en humanos, aplicación de nuevas tecnologías tanto con fines diagnósticos como terapéuticos. Igualmente se recomienda reconocer el marco legal de cada país para el manejo de datos y el uso de tecnologías en salud.

La relación médico-paciente se ha caracterizado por el vínculo privilegiado basado en la confianza. Se genera un espacio de creatividad, intercambio de información, sentimientos visiones ayuda y apoyo, se encuentra implícita una actividad moral: La obligación del médico de aliviar el sufrimiento, respetar creencias y autonomía. Esta relación puede entrar en riesgo dado por la tecnologización, visión mecanicista, descuido de las consideraciones humanas – deshumanización, debilitamiento de la confianza y los enfoques económicos. Hoy desde diferentes miradas tratamos de explicarnos los diferentes tópicos que exponen y analizan a través del tiempo esta relación, como lo expone en su artículo Mendoza A. y propone:
En el escenario actual en el que se desenvuelve la actividad médica, hay una creciente conciencia de replantear el quehacer profesional centrando la atención de la salud en la persona humana. El nuevo profesionalismo que se promueve implica un renovado compromiso por la atención del paciente sobre la base de la excelencia profesional, una actitud compasiva y respetuosa de la dignidad de la persona humana, la responsabilidad y el altruismo, que a su vez se sustentan en una correcta aplicación de los principios éticos y las normas legales que regulan el ejercicio de la profesión, encuadrado todo ello en una continua y sólida preparación científico técnica que haga posible la calidad y la seguridad en la asistencia del paciente tanto en el plano individual como en el colectivo”. Un tópico muy sensible es el de la comunicación. Rathert afirma en su estudio que la comunicación médico-paciente es fundamental para una atención sanitaria centrada en el paciente. A los médicos les preocupa que los registros de salud electrónicos (EHR) afecten negativamente la comunicación con los pacientes. En su trabajo concluye: “Es imperativo un examen más riguroso de los impactos de la EHR en las funciones de comunicación y sus influencias en los resultados del paciente para lograr una atención centrada en el paciente. Al centrarse en el papel de las funciones de comunicación en los resultados del paciente, se pueden desarrollar EHR futuros para facilitar la atención”, para lo cual es necesario conocer la importancia del dato, cuáles pueden ser los datos más significativos que realmente den cuenta de las condiciones integrales del paciente no solo en lo objetivo, medible, sino también la incorporación de datos psicosociales y emocionales.

Este momento nos da un mundo de oportunidades donde el reconocimiento e integridad del comportamiento humano en relación con las procedencias tecnológicas y desarrollo de la IA, nos invita a estudiar y acompañarnos en los procesos de desarrollo, hablar el lenguaje digital para incorporar en el ejercicio sanitario. El análisis de las oportunidades y riesgos que genera el uso de la IA en salud debe generar movimientos de los profesionales de la salud a empoderarse del desarrollo tecnocientífico en la era digital, conocer su lenguaje y las diferentes interacciones que se pueden presentar en el ejercicio profesional y especialmente en el acto médico, en la relación médico – paciente.

Lecturas recomendadas

  1. ¿Do you know AI? Or AI Knows you better? 
    link: https://www.youtube.com/watch?v=im0XTC91qMI  UNESCO 
  2. Ética y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud: orientaciones de la OMS. Resumen [Ethics and governance of artificial intelligence for health: WHO guidance. Executive summary] ISBN 978-92-4-003744-1 (versión electrónica) ISBN 978-92-4-003745-8 (versión impresa) © Organización Mundial de la Salud 2021
  3. Declaración de Ginebra AMA https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-ginebra/#:~:text=CUIDAR%20mi%20propi
  4. Hernández-Arango A., Pino LE., Rico-Carrillo AE., Del Ábaco A Las Redes Neuronales O La Breve Historia De La Inteligencia Artificial En Salud, Medicina (2021) Vol. 43 Núm. 4. https://www.revistamedicina.net/index.php/Medicina/article/view/1641/2124
  5. Rico-Carrillo AE., Como Construir Un Departamento De Inteligencia Artificial Clínica https://aipocrates.org/2022/09/04/como-construir-un-departamento-de-inteligencia-artificial-clinica/
  6. DECLARACIÓN DE TAIPEI AMM Investigación sobre las bases de datos, datos masivos y biobancos
  7. Diego Gracia. Bioética Clínica, Ética y vida. Estudios de Bioética 2 2006
  8. Código de Ética Médica ley 23 de 1981
  9. Mendoza F, Alfonso. (2017). La relación médico paciente: consideraciones bioéticas. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia63(4), 555-564. Recuperado en 24 de septiembre de 2022, de http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2304-51322017000400007&lng=es&tlng=es.
  10. Rathert C, Mittler JN, Banerjee S, McDaniel J. Patient-centered communication in the era of electronic health records: What does the evidence say? Patient Educ Couns. 2017 Jan;100(1):50-64. doi: 10.1016/j.pec.2016.07.031. Epub 2016 Jul En la página 1.

3 comentarios sobre “Inteligencia Artificial y Ética Médica: Oportunidades y desafíos.

  1. Es necesaria la IA, de hecho ya lo es, en Barcelona, la meva salut , un portal de acceso del paciente, los médicos somos ayudados por robots, (Davinci,etc) cada día el TAC, PET TAC, RNM, Eco cardio, strein requiere la ayuda de un ingeniero, para interpretar la gran información que sale y que no somos capaces de digerir, analizar, y usar a favor del diagnóstico y tratamiento…hay que ser multidisciplinario, con la misma exigencia ética, que tiene el médico.Colegios médicos y de otras profesiones deben asesorar la justicia para impartir justicia en caso de abuso y mal uso.

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  2. Muy interesante el comentario y confirma que estos adelantos son una motivación para unirnos, trabajar de manera multidisciplinaria y definir cuáles principios éticos consideramos prioritarios.

    La dinámica de los principios requiere definir una jerarquía de los mismos, según los contextos, si bien se tiene en cuenta los principios prima facie, es un deber reconocer en salud para las intervenciones diagnósticas y terapéuticas al igual que en investigación con la participación del desarrollo tecno científico, el alcance de la IA, principios y valores como la reciprocidad, equidad, la trasparencia entre otros, para lo cual se requiere de un trabajo en equipo multidisciplinario.

    La inteligencia artificial es un campo donde confluye la informática, ingeniería y la ciencia que se beneficiará del uso de los algoritmos.

    En la medicina la inteligencia artificial ya está presente, desde la asistencia para la clasificación, priorización e interpretación de imágenes, diagnósticos y tratamientos, el análisis de los datos, la robótica y la educación médica, la salud individual y la poblacional.

    Pero los principios de no maleficencia, beneficencia, respeto y equidad surgidos después de experiencias como los experimentos en humanos hechos por los nazis o en Tuskegee ahora afrontan un nuevo reto, que la tecnología sea comprensible, accesible a todos, que no discrimine, sea transparente, explicable y no exponga la identidad de los pacientes a través de sus datos.

    Ahora es necesario que las otras ciencias también acojan los principios éticos, evitar situaciones como la venta información sensible del paciente a grandes corporaciones y hacer daño al o a los individuos.

    Los portales hacen parte de ecosistemas digitales, que a través de la interoperabilidad permite el acceso a la información del paciente, con la necesidad de protocolos estrictos de ciberseguridad, para proteger los datos.

    No debemos pensar en que hemos perdido o cedido el control a las otras disciplinas o la toma de decisiones al algoritmo de una solución informática con aplicación en salud, debemos afrontar los retos con la conformación de equipos multidisciplinarios, horizontales y exponenciales.

    Inteligencia Artificial y Ética Médica: Oportunidades y desafíos.

    La ética y la Inteligencia Artificial en Salud

    «Lecciones para equipos exponenciales desde la fábrica de innovación»

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