
“Todos deberíamos tener un estilo de vida saludable” …. Esta es sin duda una frase frecuente que genera alrededor de 1,470,000,000 búsquedas en internet al año y que trae consigo un potente pero ambivalente mensaje. Pues bien, para muchos una vida saludable implica comer “bien” y hacer ejercicio, combinación que descrita de esa forma es más bien una bienaventuranza, y no una estrategia de autocuidado. No gusta mucho a los médicos profundizar en el tema con los pacientes y por tanto, estos deciden hacer la popular consulta a “doctor google “, en donde encuentran una gran cantidad de información, multiplicidad de influencias, posturas y recomendaciones, dentro de las que se encuentran el uso de los dispositivos electrónicos portátiles o (wearables) que los acompañan en esa búsqueda de la vida saludable. Pero a veces se privilegia la tecnología y no el objetivo del mismo. Hablaremos en esta columna sobre estos dispositivos y su impacto en la salud móvil (m-Health).
Estos dispositivos tienen un papel importante en muchos escenarios particularmente en el autocuidado, unos apoyan a los pacientes en el seguimiento de una enfermedad (diabetes y sensores de glicemia o enfermedad de Parkinson y sensores cinéticos), otros favorecen la monitorización general de señales fisiológicas ( la frecuencia cardíaca, el sueño, el ejercicio), y otros apalancan a las personas mayores o discapacitadas en la vida independiente; los wearables contienen microprocesadores y muchas veces conectividad a teléfonos inteligentes o una red, están orientados al consumidor (pacientes) y no requieren interacción específica con el sistema de salud, hacen parte de lo que se denomina el «Internet de las cosas» (1). Algunos de ellos se describen en la siguiente gráfica

Estos dispositivos no son invasivos y se pueden desarrollar integrando varios sensores en accesorios portátiles, como relojes, pulseras, anillos, collares, camisas, zapatos, bolsos, gorras; hay otros en los que se integran varios sensores (incluidos sensores de latidos cardíacos, temperatura corporal y presión arterial) para monitorización remota y análisis de bioseñales como patrones electrocardiográficos (ECG) y electromiografía (EMG), con la ayuda de sistemas portátiles habilitados para extraer información del paciente, en general todos funcionan en una forma muy similar (2) (ver figura 2).

Los dispositivos electrónicos portátiles hacen parte de un mercado en vertiginoso ascenso, el cual alcanzó los 216,18 millones de unidades en 2019 y se espera que alcance 648,4 millones de unidades para 2025, lo que significa una tasa de crecimiento anual compuesto del 19,48 % durante el período de 2020 – 2025 (3). Se considera que el género, la edad y el nivel educativo entre otros determinan el patrón de inversión en este tipo de tecnologías. No todos respondemos la innovación de la misma forma; si bien su uso es extendido, hay un segmento de la población con mayor facilidad para su adopción; en una evaluación hecha con 1057 personas sobre los constructos respecto al uso de dispositivos electrónicos, se encontraron estas características como las más relevantes: 50.7% mujeres y 49.3% hombres -un porcentaje muy similar-, la generación que con más frecuencia los usa son los milenial (41.3%) , los solteros (47.4%), aquellos con índice de masa corporal normal (62.3%), y el dispositivo más usado es el reloj inteligente (73%). Como puede deducirse, muchos de los usuarios de los dispositivos electrónicos, no tiene ninguna patología en particular, y ellos conforman una comunidad de tendencia pospandémica en aumento (4).
Los usuarios además buscan unas características específicas y particulares en estos dispositivos, y estas a su vez determinan el tiempo de permanencia con el dispositivo, el cambio del mismo, la fidelidad con la marca y su recomendación en el grupo social. (4). En la grafica pueden observarse las características deseadas por los potenciales usuarios de estos dispositivos.

¿Se podría compartir esa herramienta entre médico y paciente?
Existen muchas enfermedades asociadas con el uso de dispositivos electrónicos, las más importantes son la salud cardiometabólica, diabetes y cáncer. En los programas de pérdida de peso y manejo de obesidad hay una alta frecuencia de uso, y esto es de gran interés porque se estima que la prevalencia mundial de la obesidad aumentará drásticamente llegando a 48% en 2045 (5)
Los pacientes que las usan, aun sin hacer parte de un programa específico, tienen enormes beneficios. El mayor de estos es que pueden brindar más información al médico porque consciente o inconscientemente, los niveles de actividad física informados por los pacientes a menudo se sobreestiman y sin duda alguna es más preciso recibir los datos directamente desde su podómetro o acelerómetro y no mediante una encuesta verbal.
En una revisión sistemática enfocada en determinar si el uso de dispositivos portátiles ( acelerómetros, podómetros, rastreadores fitness) se asociaba o no con una mejoría de los niveles de actividad física en personas con enfermedades cardiometabólicas, se evaluaron 38 ensayos y 4203 participantes. El análisis mostró un aumento significativo en los niveles de ejercicio al finalizar 15 semanas de seguimiento para los usuarios de dispositivos frente a quienes no los usaron (diferencia de medias estandarizada, 0,72; IC del 95 %, 0,46-0,97; I2 = 88 %; IC del 95 %, 84,3 %-90,8 %) (6).
Existen gran heterogeneidad en los estudios de m-Health específicamente en el uso de dispositivos. En otro metaanálisis con 6 revisiones se concluyó que si hay efectos favorables combinados de este tipo de intervenciones (-0,79, IC del 95 %: -1,17 a -0,42; I2 = 90,5) (7) respecto al potencial de mejorar la salud del paciente en mejor control glucémico (-0,3% a -0,5% mayor reducción en la hemoglobina glicosilada) y reducción de peso (-1,0 kg a -2,4 kg de peso corporal)
Las pruebas son más sólidas a corto y medio plazo; los datos de eficacia a largo plazo son limitados. Estos dispositivos tienen un mayor efecto en adultos de mediana y avanzada edad, en los jóvenes se han encontrado respuestas subóptimas y se requieren estudios adicionales. Así mismo los diseños de los estudios son complejos, muchos se apoyan en consultas, asesorías y planes de alimentación, lo que dificulta determinar si por si solos los wearables pueden influir de forma independiente en desenlaces como control del peso por ejemplo (8).
Ahora bien, ¿que hace que un sistema sea usado una sola vez o tenga un uso sostenido?, básicamente una experiencia agradable, que le permita ahorrar tiempo y/o interfaces intuitivas y divertidas. Está es la susceptibilidad percibida (posibilidad de enfermar o de deteriorar la salud), la gravedad percibida (percepción de su situación de salud), los beneficios (un juicio personal sobre la ayuda del dispositivo) y las barreras percibidas (aspectos negativos), estos son muy individuales, sin embargo existe también el consumo ostentoso, aquel que solo quiere mostrar su riqueza, estatus social o estar a la moda adquiriendo estos wearables, el famoso efecto esnob (9).
A pesar del efecto benéfico que parecen tener, existen muchas barreras de acceso para este tipo de dispositivos, como por ejemplo el rango de precios. Los relojes inteligentes de Apple ®, Sony ® o Samsung ® cuestan alrededor de 300 a 500 dólares, así que en un mundo tan desigual e inequitativo, en donde puede haber población con ingresos promedio de 1 dólar al día, este sigue siendo el talón de Aquiles para su masificación.
La otra barrera sin duda son las preocupaciones sobre la seguridad. Los accesos ilegítimos a la cámara o al dispositivo se pueden presentar, lo que empeora cuando las aplicaciones se utilizan desde dispositivos portátiles. Por otra parte, muchos dispositivos utilizan términos de privacidad vagos y mencionan afirmaciones como ‘sus datos pueden ser vistos por un tercero’; sin embargo el mismo usuario puede también dar acceso a terceros a sus datos de salud al hacer perfiles públicos, pudiendo compartir datos de atención médica aun sin saberlo. (10)
Ideas finales
La atención en salud que actualmente incluye a m-Health, requiere profesionales empoderados y usuarios informados. Los pacientes tienen acceso a gran cantidad de información y múltiples herramientas del internet de las cosas. La mayoría tienen como objetivo una sola tecnología y enfermedad, lo que indica la naturaleza segmentada. Se requieren dispositivos multitarea que permitan un análisis más global del paciente, con claridad sobre los resultados deseados, a corto y mediano plazo; que pueda retroalimentar en forma más precisa, continua y sostenida al sistema de salud en cuanto a datos relevantes para su cuidado bajo niveles de seguridad informática adecuados.
Así que la próxima vez que usted le diga a un paciente que “hay que comer bien y hacer ejercicio”, como parte de una recomendación terapéutica, recuerde que esto puede terminar siendo solamente un consejo, una bienaventuranza. Estás recomendaciones deben hacer parte de un análisis minucioso y personalizado del paciente, evaluando sus dimensiones y entorno. Dentro de dicho análisis debe considerarse el beneficio y la posibilidad del uso de dispositivos electrónicos portátiles como elemento de medición e inclusive adherencia, apoyando la práctica clínica y actuando como elementos de soporte, en lugar de dejar trabajar a estas tecnologías en forma independiente. Si esto se hace así es posible que los pacientes aprendan y ejecuten mejor un cambio de comportamiento enfocado en salutogénesis. Así que en el momento de recomendar, o usar un dispositivo no olvide hacerse estas 6 preguntas:

Referencias
- Piwek L, Ellis DA, Andrews S, Joinson A. The Rise of Consumer Health Wearables: Promises and Barriers. PLoS Med. 2016 Feb 2;13(2):e1001953.
- Pradhan B, Bhattacharyya S, Pal K. IoT-Based Applications in Healthcare Devices. J Healthc Eng. 2021 Mar 18;2021:6632599. doi: 10.1155/2021/6632599. PMID: 33791084; PMCID: PMC7997744.
- https://www.reportlinker.com/p05778439/Smart-Wearable-Market-Growth-Trends-and-Forecast.html?utm_source=GNW
- Mustafa Degerli. Identifying critical success factors for wearable medical devices: a comprehensive exploration.Universal Access in the Information Society https://doi.org/10.1007/s10209-020-00763-2
- The Lancet Digital Health. Wearable technology and lifestyle management: the fight against obesity and diabetes. Lancet Digit Health. 2019 Oct;1(6):e243. doi: 10.1016/S2589-7500(19)30135-9. Epub 2019 Sep 26. PMID: 33323244.
- Wang Y, Min J, Khuri J, Xue H, Xie B, A Kaminsky L, J Cheskin L. Effectiveness of Mobile Health Interventions on Diabetes and Obesity Treatment and Management: Systematic Review of Systematic Reviews. JMIR Mhealth Uhealth. 2020 Apr 28;8(4):e15400. doi: 10.2196/15400. PMID: 32343253; PMCID: PMC7218595.
- Hodkinson A, Kontopantelis E, Adeniji C, van Marwijk H, McMillian B, Bower P, Panagioti M. Interventions Using Wearable Physical Activity Trackers Among Adults With Cardiometabolic Conditions: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Netw Open. 2021 Jul 1;4(7):e2116382. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2021.16382. PMID: 34283229.
- Dobbie LJ, Tahrani A, Alam U, James J, Wilding J, Cuthbertson DJ. Exercise in Obesity-the Role of Technology in Health Services: Can This Approach Work? Curr Obes Rep. 2021 Nov 17:1–14. doi: 10.1007/s13679-021-00461-x. Epub ahead of print. PMID: 34791611; PMCID: PMC8597870
- Ghosh J., Samanta G., Chakraborty C. (2021) Smart Health Care for Societies: An Insight into the Implantable and Wearable Devices for Remote Health Monitoring. In: Chakraborty C. (eds) Green Technological Innovation for Sustainable Smart Societies. Springer, Cham. https://doi-org.ezproxy.umng.edu.co/10.1007/978-3-030-73295-0_5
- Kashif Saleem, Basit Shahzad, Mehmet A. Orgun, Jalal Al-Muhtadi, Joel J. P. C. Rodrigues & Mohammed Zakariah (2017) Design and deployment challenges in immersive and wearable technologies, Behaviour & Information Technology, 36:7, 687-698, DOI: 10.1080/0144929X.2016.1275808
Un comentario en “Mobile-Health como parte de la prescripción médica”