
Introducción
Si bien Marck Zuckerberg volvió a ponerlo de moda hace unos días, este es un concepto descrito y famoso desde mucho antes para el mundo de la tecnología. Hace casi 30 años, Neal Stephenson en su novela “Snow Crash” definió al metaverso como un ambiente masivo, virtual y paralelo al mundo físico en el cual las interacciones se realizan mediante avatars digitales, pero fue hasta 2007 que la ASF (Acceleration Studies Foundation) describió su primera estructura y se empezó a hacer realidad hasta 2020 cuando NVIDIA lanzó la primera plataforma de simulación y colaboración en tiempo real llamada “omniverse” en fusión con su desarrollo cibernético Roblox. En realidad, han sido los avances tecnológicos de los últimos cinco años los que han permitido llevar este concepto a una nueva era.
El desarrollo conceptual y tecnológico del metaverso ha seguido esta línea del tiempo:

Hoy, es mejor entender el metaverso como una nueva forma de infraestructura que hace posibles experiencias inmersivas interconectadas temáticamente, es decir un espacio de metadiseño. Pero como se comentará posteriormente, el metaverso no solo se trata de experiencias inmersivas virtuales (esto sería solamente realidad extendida) sino también de transiciones entre la experiencia física y la virtual, es decir y quizás exagerando un poco, una nueva forma de vida, un espacio armónico -ojalá- entre el homo ludens y el homo fabre.
La palabra clave aquí es dualidad, en este caso entre realidad y virtualidad (RyV). Para adquirir dicha dualidad el metaverso debe pasar por tres estadios secuenciales:
1. Gemelos digitales: Creación de las parejas RyV, es decir de una copia digital de la realidad física pareada. Estos gemelos están interconectados mediante sus datos.
2. Nativos digitales: Creaciones digitales con o sin representación física, estas incluyen no solo objetos o personas sino leyes, economía, moneda, culturas etc. Este estadio constituye una heterotopia virtual, idea originalmente descrita por Foucalt.
3. Coexistencia de la dualidad o lo que algunos llaman surrealidad. En esta fase el metaverso es autosostenible y persistente. Coexiste e interopera con el mundo físico, pero es en si mismo un nuevo mundo paralelo. La interacción entre estos dos mundos se da a través de los avatars, en forma sincrónica o asincrónica y multicanal utilizando dispositivos como los Hololens ® que permiten conectarse a aparatos inteligentes o robots del metaverso.
Los Pilares del Metaverso
¿Cómo lograr esta -impensable y temerosa- coexistencia?, las tecnologías claves son blockchain, visión de máquina, DLTs (tecnologías de distribución abierta), computación persuasiva e interfaces ubicuas, pero a la vez deben crearse interconexiones entre los ecosistemas mediante interoperabilidad profunda, aceptabilidad social y obviamente un profundo tejido de ciberseguridad.
Ahora bien, el metaverso tiene una estructura de bloques construidos mediante 8 pilares: Infraestructura de hardware, Realidad extendida y simulada (virtual y aumentada), Redes de alta velocidad, Cloud, Edge y Fog computing, Robótica, Internet de las cosas IoT, inteligencia artificial e hiperalojadores (DLTs y blockchain). Dicha estructura permite generar el objetivo central del metaverso: Un universo de espacios en 3D, compartidos, concurrentes y encadenados.
Recientemente se han incluido al metaverso conceptos adicionales a estos 8 pilares como la nueva comunicación humana, actividades basadas en realidad mixta y realidad extendida.
Sumado a los 8 pilares tecnológicos, el metaverso tiene 6 pilares de ecosistema determinados por: El Avatar, la creación de contenidos, la economía virtual, la aceptabilidad social, la seguridad y privacidad y la confianza y responsabilidad.
La siguiente gráfica resume esta relación entre los mundos, sus tecnologías y sus ecosistemas:

Reinos del Metaverso
Con base en lo anterior y dependiendo de que tanto se aumente o simule la realidad, así como la profundidad de la interacción, se han definido cuatro reinos en los cuales puede navegar el habitante del metaverso: Realidad aumentada, lifelogging, mundos en espejo o mundo virtual (Ver gráfico). El habitante del mundo metaverso puede hacer transiciones entre cada uno de ellos dependiendo de la personalización de su experiencia. Es decir, el habitante avatar puede estar en la sala física de su casa viendo un video con dos de sus amigos, pero a la vez en un escenario virtual jugando Minecraft ® con otros dos, uno de los cuales a su vez estará en la sala física de su casa. En el contexto de lifelogging en salud por ejemplo usted puede estar en un viaje a Europa en su hotel pero conectarse virtualmente a la sala de consulta de su médico para preguntarle sobre la conveniencia o no de incluir un vino con su dieta mediterránea, mientras el mismo médico analiza las dinámicas de sus signos vitales capturados por biosensores.

Los retos del Metaverso
Además de los grandes retos bioéticos y de gobernanza para un escenario heterotópico como este y sobre los cuales escribiremos posteriormente, hay tres grandes desafíos tecnológicos:
1. Como puede analizarse de su arquitectura y concepto, el metaverso es un desarrollo de extrema centricidad en el usuario por su diseño, por lo tanto, cada componente de este debe colocar al ser humano como su elemento central y medir la calidad de la experiencia (QoE) como el indicador de máximo desempeño. Sin embargo, medir este indicador en estructuras masivas como la descrita será un reto para los desarrolladores al igual que el concepto de hiper-personalización.
2. Otro punto crítico en el metaverso será la gestión del tráfico y la navegabilidad ya que las condiciones de red deben ser de máximo desempeño. Por este motivo es probable que la computación en nube sea insuficiente y por tanto se deban adaptar Edge y Fog computing a esta estructura.
3. Finalmente el tercer punto crítico será el desempeño y disponibilidad de conectores inteligentes (wearables y dispositivos) ya que estos hoy son de limitada capacidad y movilidad, es posible que deba pensarse en bioconectores y sensores internos en el futuro.
Algunos retos de los pilares de ecosistema están en los paréntesis del gráfico previo.
Conclusiones
El metaverso es un universo digital con casi 30 años de evolución, no es una compañía tecnológica. Es claro que los imperios digitales como Apple y Google vienen estructurando sus propios metaversos y que muy pronto los veremos, no considero que en un estadio 3 de desarrollo (surrealidad), pero si al menos en fase inicial. Esto significa que nuestro futuro digital será mucho más interactivo, vivo, personalizado y multimedia, pero también es claro que aún nuestra tecnología y posiblemente nuestra cultura no estén preparadas para la migración a esta dualidad.
En medicina podremos utilizar algunos de los elementos ecosistémicos del metaverso en una suerte de lifelogging para crear realmente una comunidad de salud “sin paredes”, pero de esto escribiremos seguramente en un futuro muy próximo. Parafraseando a un presidente de hace varios años: “Bienvenidos al meta-futuro”
Excelente artículo
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Magnifica reflexión. La revolución Flexneriana es un juego de niños. Estructurar este cambio desde las escuelas de medicina, implica un cambio en toda la educación básica (primaria y secundaria) y solo la pandemia hizo que en 10 días todos entráramos en la virtualidad actual, que no es ni sombra de lo que comentas en tu artículo. Felicitaciones.
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